El Ídolo del Pueblo se repuso a un mal inicio, combatió en Casa Blanca y sumó tres puntos que lo tienen en la cima

El primer tiempo en el estadio Rodrigo Paz Delgado fue rarísimo, porque Liga Deportiva Universitaria tuvo un control abrumador durante cuarenta minutos, en los que debió anotar no menos de tres goles, pero sólo capitalizó uno. Apenas a los 3 minutos, el goleador de raza, Alex Arce, llegó solo a un tiro de esquina, conectó de cabeza a un ángulo y derrotó al debutante Edson Reséndez. Luego, entre Alvarado, Estrada y Piovi se perdieron ocasiones cantadas, que salieron especialmente de contragolpe. Sociedad Deportiva Aucas se sacudió después de pasarla realmente mal en cancha, y gracias al espíritu de Jeison Medina conseguiría lo impensado. El atacante colombiano fabricó una falta peligrosa, que derivó en un centro que Michael Carcelén convirtió en el gol del empate a los 43 de juego. El reloj marcaba el tercero de los cinco minutos adicionales que dio, cuando un centro complicado cayó en los pies del goleador cafetero, quien ganó las espaldas de Facundo Rodríguez para batir a Alexander Domínguez y festejar la remontada parcial del Ídolo del Pueblo. Así se fueron al descanso.

Ya en el segundo tiempo, el elenco Oriental mantuvo el despertar que vivió en la recta final de la primera mitad, y fácilmente pudo matar futbolísticamente a un cuadro Universitario que no se encontraba. Sin embargo, Jeison Medina pecó de egoísta y definió mal un mano a mano con Alexander Domínguez, pese a tener sólo a un rival; mientras que Michael Carcelén, de gran encuentro, estrelló un balazo en el horizontal del Dida Domínguez. La respuesta blanca fue apenas con un tiro de esquina, que fue conectado de cabeza por Ricardo Adé, y que obligó al portero Edson Reséndez a estirarse para mandar al córner.

En la recta final Josep Alcácer amontonó en campo de delanteros, porque Miguel Parrales y Luis Estupiñán se sumaron a Michael Estrada y Alex Arce, pero de todas formas el equipo siguió sin profundidad en ofensiva, más allá de que su equipo tenía la pelota en su control. El Papá fue más cauto, y sólo modificó piezas por el cansancio extremo en varios de sus efectivos, como producto de un sistema de juego que exige correr todo el tiempo. La más clara para Liga ocurrió a los 89 minutos de juego, cuando un zapatazo increíble de Leonel Quiñónez se estrelló en el poste; ahogando así un grito de gol contenido con mucho nervio en su afición. Así se fueron los noventa, con victoria de la visita en el Superclásico Capitalino.