La U de Josep Alcácer pasó la prueba uno con pasajes de rendimiento alto, alegró a su gente y corre con ventaja en la Recopa

El primer tiempo en el estadio Rodrigo Paz Delgado fue atroz para el Fluminense. Más allá de la grandeza del club y de los jugadores de enorme cartel con los que cuentan, fueron avasallados sin piedad por una Liga Deportiva Universitaria de excelente despliegue y volumen de juego, pero carente de lo más importante: el gol. Y fue así, que pedrada tras pedrada, el “uh” trascendía desde los graderíos, mientras el arquero Fábio, un emblemático del equipo carioca, era el gran héroe de su equipo, y de que Oscar Zambrano estrellara un remate en el poste, Sebastián González fallara un regalo frente al arco y sin portero, y de que Ezequiel Piovi estuviera cerca de un gol olímpico fantástico. Al final de la etapa, y después de dos apagones que provocaron una buena dosis de minutos adicionados, el marcador reflejaba un cero a cero increíble por lo visto en cancha.

Para el inicio del segundo tiempo, La U fue mejor sostenida por el Flu sobre el campo de juego, sin que eso quiera decir que haya dejado de ser el dominador absoluto sobre el terreno de juego. El equipo, esta vez dirigido por Adrián Gabbarini, comenzó a sentir el rigor del esfuerzo supremo que hizo en el primer tiempo, y si bien jugaba en tres cuartos de cancha, la euforia de juego ya no fue la misma. Jan Hurtado tuvo una clarísima situación de gol, a la que llegó como buen pescador y que remató como goleador, con tal mala fortuna que el remate, que iba al arco, topó en el taco de un defensor y se fue desviado al córner. A partir de aquello, y seguramente por orden de Josep Alcácer, el equipo Universitario lanzó toda la carne al asador, con Michel Estrada, Alex Arce, Gabriel Villamil y Lisandro Alzugaray entrando a la variante para el remate.

La recta final del partido fue un suplicio para Liga Deportiva Universitaria y especialmente para jugadores e hinchada, porque se toparon con un Fluminense que plantó el bus en su arco, sin empacho, con los once jugadores completamente abroquelados en procura de conservar el cero. La estrategia, a su vez, dejó sin ideas a un equipo que recién trabaja bajo una nueva idea futbolística, y en el que ninguno de los cambios ensayados, tres de ellos con menos de un mes junto al plantel, consiguieron complementarse para generar acciones. Primaron los centros y los remates de media distancia, pero ninguno de los intentos hacía daño, hasta que se hizo el milagro. Corría el minuto tres de adición, cuando un tiro libre de Ezequiel Piovi fue empujado al fondo de las redes por el goleador Alex Arce, el árbitro y el línea lo anularon por el que parecía un claro fuera de juego, pero después de tomarse su tiempo el VAR certificó que el tanto era válido; desatando el carnaval y la locura en Casa Blanca. Uno a cero agónico para La U de cara al partido de vuelta la próxima semana, y con una polémica que seguramente será la comidilla de la opinión pública por lo apretada de la acción. ¡Victoria Blanca!

¡¡EL DEBUT SOÑADO, PARAGUAYO!! ¡¡ARCE MARCA SOBRE LA HORA EL 1-0 DE LIGA DE QUITO ANTE FLUMINENSE!!

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— SportsCenter (@SC_ESPN) February 23, 2024