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Selección Nacional
Quito,Martes 24 Marzo 2020, 13H32

“Me suelo preguntar qué es lo que haría Johan Cruyff”

Jordi Cruyff rememora a su padre a los 4 años de su fallecimiento y confiesa cómo enfrentaría al COVID-19

Jordi Cruyff 7

Justo hoy en el que se cumplen 4 años de su partida en medio de la crisis sanitaria mundial que ha provocado la pandemia del COVID-19, Jordi Cruyff confesó cómo el legendario Johan Cruyff afrontaría la lucha contra este virus.

Viajó a España para estar junto a su familia en estos complejos momentos que vive todo el planeta pero Jordi Cruyff no podrá rememorar a su padre como estaba habituado a hacerlo desde que falleciera el 24 de marzo de 2016 a los 68 años de edad, después de luchar contra un cáncer de pulmón.

El DT de la Selección Nacional confesó que aislado de su madre y sus hermanas por el confinamiento que han dispuesto las autoridades españolas, no podrán cumplir con el “ritual” con el que lo conmemoraban, en un artículo que escribió para el diario catalán ‘Sport’ en el que recuerda la partida del legendario Johan y cómo le estuviera haciendo frente al COVID-19.

El artículo de Jordi Cruyff escrito para ‘Sport’ de Barcelona:

Es lo que haría Johan

Recuerdo un día que nuestro padre nos tuvo preocupados porque tardó más de la cuenta en regresar de su habitual visita a la clínica donde se sometía a tratamiento en su batalla contra el cáncer. Cuando volvió a casa, mi madre le preguntó un tanto desconcertada si le había pasado algo. “¡Tengo buenas noticias!”, anunció con amplia sonrisa. “Me han encontrado otro tumor”. Mi madre se contuvo las ganas de mandarle a paseo: “¡Pero qué noticia es esa!”. “Pues que me lo han encontrado y, como lo han encontrado, pues me lo podrán tratar y buscar una solución”, respondió tan pancho.

Cualquier persona en su lugar hubiera llegado a casa derrotado, pero mi padre siempre le intentaba ver el lado positivo a cualquier contratiempo. De hecho, se tomaba la quimioterapia como su mejor aliado. “Sé que me voy a sentir mal después, pero iré y lo trataré como un amigo, porque me está ayudando a combatir el cáncer”, soltaba con su buena predisposición. Su expresión alegre y tranquila era todo un oasis para los pacientes apesadumbrados que le rodeaban en la sala de tratamiento.

Mi padre era optimista nato en la adversidad. Excesivo, pensarán algunos. Pero así era él.

En estos días de incertidumbre y pesimismo, muchos nos preguntamos, como suelo hacer cuando me asalta alguna duda, ¿qué haría Johan? Pues le habría buscado el lado positivo, como a todo, y nos hubiera sorprendido con alguna ocurrencia de las suyas.

De entrada, me lo imagino entreteniéndose con dos de sus grandes hobbies: los puzzles, que tanto le obsesionaban, y los crucigramas, sentado bajo algún rayo de sol en el balcón de su casa de Barcelona, o arreglando el jardín si le hubiera tocado confinarse en El Montanyà. De lo que sí estoy seguro es de que en ningún momento se hubiera agobiado, porque siempre se sacaba de la manga algún antídoto contra el aburrimiento. Y eso que no tenía móvil, ni mucho menos concebía la vida social a través de las nuevas tecnologías, como casi todo el mundo.

Aunque sí le hubiera angustiado que esta situación haya dejado en casa a sus ‘niños’, a los más de 200.000 chavales con o sin discapacidad que hacen deporte cada semana gracias a su Fundación Cruyff o que los más de 200 Cruyff Courts hayan cerrado temporalmente. Pero también se las habría ingeniado para pensar en el día que puedan salir de sus casas y organizar una gran fiesta de la Fundación. Al menos se hubiera congratulado con la idea de que los cursos online, que en su día concibió el Cruyff Institute, ahora tendrían mucho más sentido. Si hay algo que nos enorgullece desde que no está entre nosotros es que su legado perviva de la mano de la Fundación del FC Barcelona y la Obra Social de La Caixa, tal y como fue su último deseo.

Mañana se cumplen cuatro años de su fallecimiento y esta vez no podremos repetir el ritual de recordarle en una comida familiar. Será diferente, porque mi madre, mis hermanas y yo estamos separados por el confinamiento, posiblemente nos llamaremos y lo intentaremos pasar de la mejor manera. Pero también somos de poner buena cara ante las adversidades, conscientes de que vivimos tiempos inciertos, pero pasajeros. Es lo que haría Johan.

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