Miguel Ángel López explica su motivación por venir al Delfín y al Ecuador

Muy contento con lo que han logrado hasta el momento en cuanto a formación y estilo de juego, Miguel Ángel López aseguró que ha llegado al Ecuador para tratar de incentivar un cambio de mentalidad de juego y de trabajo.

El triunfo sobre Liga de Portoviejo. “Contento de haber encontrado buenas sensaciones en el partido de ayer porque no era fácil después de perder una final por penales. Era importante demostrar a todo el mundo que estamos de pie. Satisfechos por cómo se dieron las cosas ayer”.

Cuenta con un excelente equipo. “El club ha trabajando realmente bien para conformar un plantel versátil, que nos permite jugar de distintas maneras. Tenemos a Janner, a Cifuente, son jugadores que tienen gol. Valencia tiene más experiencia a nivel internacional y qué decir de Carlos Garcés, es nuestro capitán en referente. Estamos contentos con la ofensiva, y también con las otras posiciones. Hay que ser conscientes de que son 17 jugadores nuevos y esto del fútbol no es de individualidades, y eso no se consigue de la noche a la mañana”.

No ha cerrado el tema amistosos. “Tendremos un partido más ante América de Quito, para comenzar a adaptarnos a jugar en altura. Ese será el último partido”.

Lo que fue la Súper Copa Ecuador. “Lo cierto es que entramos bastante imprecisos, transmitimos demasiados nervios. Jugar una final significó una tónica de inseguridad y fue algo extraño por lo visto en pretemporada. Tampoco podemos olvidar del potente rival que teníamos en frente. Crecimos en medida que avanzó el partido y nos reencontramos por completo en el segundo tiempo. Llevamos al extremo al más poderoso del país, con errores propios de la pretemporada y sacando conclusiones”.

Necesita jugar seguido. “No me cabe ninguna duda de que lo individual está muy bien afirmado, y de que mientras más corra el tiempo, mejor jugaremos. Por eso he pedido una pretemporada con muchos partidos y con una concentración en Colombia. Estamos jugando cada tres o cuatro días porque esto es de jugar y de competir. Estamos en el camino correcto”.

Quiere implementar un sello. “El modelo de juego se da por los jugadores que tienes, es pasa en todo el mundo. Lo más inteligente para in entrenador, es adaptarte al entorno, las costumbres y los jugadores que tienen, para sacarles el máximo rendimiento. Me gustaría que el Delfín tenga su sello, que sea competitivo, atrevido y valiente en su forma de jugar. A partir de ahí, con una plantilla versátil, analizaremos; el equipo da para algunas propuestas”.

Su motivación para venir. “He entrenado en cuatro continentes, lo que me trae acá es la pasión que tiene la gente en Sudamérica. Para mí el fútbol es un estilo de vida, siempre he tenido la mirada puesta en este continente. Ecuador es un país hermano de España, por su lengua, religión y costumbre, y eso me hace como estar en casa”.

Respaldo absoluto a la Selección. “Todos tenemos que colaborar en esto, yo vengo de ser seleccionador nacional y sé lo que se siente. Todos tenemos que ser conscientes de que estamos al servicio de la Selección y la federación porque cuando mejor le vaya al equipo, mejor nos irá a todos. Ganar implica que haya más prestigio en jugar o entrenar en Ecuador. Jugar para tu país debe ser lo máximo, por encima del club, Jordi y Antonio están sobradamente preparados y vienen con ambición, se vienen buenos tiempos. El Ecuador tiene muy buena materia prima, hay talento y son buenos físicamente, por ahí falta un poco con el ritmo de juego”.

Sorprendido con la genética ecuatoriana. “A nivel genético se tiene condiciones extraordinarias, son fuertes y rápidos. Los esfuerzos que se requieren para el juego, ellos lo tienen ya; son privilegiados. A nivel técnico no hay nada que envidiar respecto a ningún país europeo. El salto debe ir por el querer más, ser más ambicioso, no acomodarte, ser más exigente con uno mismo, cuidarse con alimentación y sueño”.

Finalmente su forma de ser. “Me gusta estar muy cerca de los jugadores, tener mucho tacto en las correcciones. Cuando hay algo duro que decir, lo hago en privado. Deben sentir que soy el líder y que me pueden contar lo que necesiten. Ellos agradecen el poder entrar al camerino del profe. Somos muy exigentes, lo estamos siendo. Hemos venido a dar un salto de calidad desde el convencimiento, no desde la imposición. He sido ocho años de asistente en el Getafe, y les he dicho que lo que planteo es lo mismo que hacía en La Liga”.