El NO Ballet Azul dio un espectáculo dantesco y empató sin generar ni una situación clara de gol ante Libertad FC

El primer tiempo en el estadio George Capwell fue absolutamente deslucido, con un Club Sport Emelec teniendo la pelota, pero dejando en el ambiente una sensación de desgano, que se vio agudizado por una lesión tempranera de Facundo Castelli; quien dejó el campo entre lágrimas, para darle paso a un Jaime Ayoví de muy mal presente. En contra parte, el Libertad FC plantó una muralla en su área, y salvo un par de anuncios al inicio, poco a poco renunció por completo a atacar. La única jugada de peligro fue un remate horrible, frontal al arco y casi sin marca, de Bryan Carabalí tras gran acción de Rodrigo Rivero por la izquierda. Así se fueron los dos equipos al descanso.

Si lo del primer tiempo fue insultantemente malo en el Ballet Azul, lo del segundo fue peor todavía. La era de Hernán Torres dejaba un gusto horrendo en la afición de uno de los clubes más importantes del país, que no consiguió acercarse ni una sola vez al arco de Eduardo Bores. De todo eso se percató el profesor Juan Carlos León, quien hizo dos cambios que de inmediato anunciaron que el Naranja quería los tres puntos, pero Diego Ávila, una de las variantes, desperdició dos ocasiones clarísimas de anotar.

En la recta final del partido, el escenario deportivo de la avenida Quito parecía un funeral. El Bombillo tuvo dos situaciones claras de marcar el gol del triunfo, pero Jhon Sánchez y Alexander Gonzáles despilfarraron las mismas, y en contra parte, un nuevo remate de Diego Ávila bien pudo hacer que las cosas sean peores, pero la pelota, caprichosa, se estrelló en el vertical de un Pedro Ortiz que ya no tenía nada qué hacer. Así se fue uno de los peores partidos que se ha visto en lo que va de año en la Liga Pro Ecuabet, entre lamentos, insultos y recriminaciones del pueblo Azul hacia los suyos.