Técnico Universitario parecía quedarse con los puntos pero la casta de Barcelona apareció en los descuentos para impedirlo

Técnico Universitario y Barcelona Sporting Club protagonizaron un primer tiempo repleto de emociones, que justificó plenamente la presencia de una gran cantidad de público en la cancha del estadio Bellavista de la ciudad de Ambato. Golpes, futbolísticamente hablando, fueron y vinieron de lado y lado, pero fue el Rodillo Rojo el que se puso en ventaja con un tanto que el VAR ayudó a fraguar, al advertir de una mano penal dentro del área, que Jean Carlos Blanco cambió por gol. Después de aquello, el cuadro dueño de casa pudo aumentar la cuenta con un cabezazo de Francisco Luzarraga que se fue desviado por muy poco; mientras que el Ídolo del Astillero pudo empatar con dos remates al poste y uno de Damián Díaz que contuvo el portero Walter Chávez.

Para el segundo tiempo Fabián Bustos hizo un par de correctivos de forma verbal, y su equipo salió lanzado al ataque con una furia destacable, y que a la postre le representaría alcanzar el gol del empate a los 58 minutos. Un tiro de esquina de Cristian Ortiz, que no tuvo un buen partido, fue dejado por la zaga del elenco ambateño y ahí, entre dos torres, apareció Damián Díaz para cabecear al fondo de las redes sin necesidad ni si quiera de saltar. Era el uno a uno, que lejos de despertar al equipo dueño de casa, envalentonó a los amarillos, que siguieron martillando contra la portería del arquero.

Juan Pablo Buch echó mano de todas las variantes posibles en ofensiva para tratar de equipara lo que fue un vendaval del elenco Torero en los 45 minutos del segundo tiempo, pero no lo consiguió. Y es que la escuadra de Fabián Bustos mostró una intensidad asombrosa, que con los ingresos de Gabriel Cortez, Francisco Fydriszewski y Agustín Rodríguez mantuvo el vértigo que comenzó a mermarse con los futbolistas que ya estaban agotados. Sion embargo, y pese a eso, la defensa del Técnico Universitario estuvo concentrada y bien parada, para evitar que su portero sufra acciones de real peligro. Así se registraba un empate de uno a uno, después de un partido de gran esfuerzo y muchas cualidades técnicas, pero no; el Rodillo Rojo dio un golpazo sobre la mesa. Corría el minuto 91, cuando Alex Rangel apareció dentro del área, para pescar con golpe de cabeza un rebote dejado por la zaga visitante, para desatar la fiesta en los graderíos del estadio Bellavista, por el triunfo de dos a uno del equipo local. Pero Barcelona es Barcelona, y con el orgullo herido, sus jugadores se fueron de inmediato a recuperar lo que estaban perdiendo, y lo lograron, gracias a una magnífica pelota de Agustín Rodríguez, que Carlos Rodríguez sólo tuvo que empujarla para empatar nuevamente las cosas. No hubo tiempo para más, y al final tuvieron que repartirse los puntos.